Por Sergio Martínez Espitia
“Nadie es más responsable
que el presidente”, dice Francisco Goldman, corresponsal en México de la
revista “The New Yorker”, en su último artículo del 12 de Noviembre, tras afirmar
que “los mexicanos saben… que el asesinato de los 43 estudiantes es una muestra
de la corrupción política y la impunidad que han sido el tormento del país por
años”.
El periodista, quien en un trabajo
anterior dijo que en México era el momento de una revolución, explica que el
país se ha convertido en “la tierra de las ‘narco-tumbas’ porque nadie en una
posición de autoridad, incluido el presidente, intenta detener esta situación.
Y en última instancia –dice-, nadie es más responsable que el presidente y su
gobierno”.
F. Goldman hace
referencia a las movilizaciones ocurridas en gran parte del territorio mexicano
donde “las demandas por la renuncia de Peña Nieto se expanden y aumentan de tono.
A él le quedan 4 años en su puesto, y no parece que voluntariamente lo vaya a
dejar”, afirma.
“El pequeño hombre de Los Pinos”
El periodista menciona que
la presidencia de México con frecuencia es descrita como un “performance” (una
actuación) con que Peña Nieto “se vendió asimismo como un neoliberal modernizador”.
Al respecto, el padre
Alejandro Solalinde, activista de los derechos del migrante, en una entrevista
con F. Goldman publicada en el mismo artículo, afirma que el “performance” de
Peña Nieto en realidad sirvió para incitar la “impunidad masiva”.
Sin embargo, Solalinde
señala que la imagen del gran reformador sucumbió en el encuentro con los
padres de los normalistas desaparecidos. “Ellos descubrieron que nuestro
presidente es pequeño. El pequeño hombre de Los Pinos, pequeño y débil”.
Pero este “performance” –dice el
sacerdote- es sólo una máscara que sirve para encubrir algo más grave. “El
gobierno es un monstruo con máscara, y detrás de la máscara se halla este
pequeño hombre. Tú has estado negociando con una máscara, eso le dije al
Embajador de Estados Unidos cuando me telefoneó”.
“El
mito del gobierno fuerte está cayendo”
Al igual que muchos otros,
Solalinde considera que la tragedia de Ayotzinapa es un momento de
transformación para México, porque "los paradigmas están cayendo y estos cambios
impulsan nuevas prácticas de la sociedad civil".
“El mito del gobierno
fuerte está cayendo. La gente ve que nuestro sistema es corrupto, decadente,
débil, y está perdiendo el miedo de describir las cosas como son”, afirma el
sacerdote en la entrevista.
Y si Solalinde piensa que los eventos de Ayotzinapa trajeron una regeneración de la
sociedad civil, otros predicen que las protestas pronto “llenarán las calles de
México para demandar un cambio real”, mientras que algunos apuntan a la cláusula
constitucional que orillaría al presidente a dejar el cargo, explica el
corresponsal.
El propio Goldman ve en las
elecciones del próximo año una oportunidad de cambiar a México, “a través de la
desobediencia civil y del voto”. “El sábado (el día que por segunda vez los
normalistas atacaron el Palacio de Guerrero) un joven de la
escuela de Ayotzinapa dijo a un reportero que ‘esto apenas comenzaba’. Quizá
tenga razón”, finaliza el artículo.
Liga al artículo en
inglés http://www.newyorker.com/news/news-desk/crisis-mexico-protests-missing-forty-three